

Nos muestra a Hipatia, una mujer enamorada de la Astrología, la cual no se queda con la ideología que le inculcaban sus ancestros, o lo que predicaban los católicos, sino que ella busca su propia verdad frente al mundo en el que se desenvuelve, dando como resultado la guerra entre religiones, no para que existiera una sola religión; sino para ver quién se queda con el poder del pueblo, es decir; la religión católica se toma la biblioteca de Alejandría y con ello el pueblo entero.
Nos da una idea, la cual te hace ver como una cultura hace todo lo posible para que se mantenga su ideología intacta de generación en generación, y si alguien altera ese sistema de pensamiento; era considerado como un desadaptado social como diríamos en nuestra época.
Les impregnan el sentimiento de culpa desde muy pequeños, sin saber siquiera del porque de su condena, pero tras todo esto también nos da a entender que si tú sigues firme tu concepción de las cosas, nadie nunca podrá cambiar tu forma de pensar y sobre todo, podrás ser tu mismo.
Es lo que hizo Hipatia, nunca se dejo vender (por decirlo de alguna forma), de las tres “religiones” que existían en Alejandría y siguió su convicción de astrologa para poder descubrir las incógnitas que se hacía frente a los fenómenos naturales.

Al mundo le han impregnado la idea de la dependencia de un “dios”, no es que me vaya en contra de las religiones, sino que pongo en tela de duda las cosas que las iglesias hacen en nombre de ese tal “DIOS”... Piénsenlo….